Si borrar recuerdos fuera igual de fácil que borrar palabras, yo apenas sabría tu nombre.
Me fui. Me fui cuando tú cruzaste aquella puerta. Ahí comenzó todo. En ese instante. Yo también la crucé, pero solamente por el simple hecho de encontrarte y poder decirte que te quedes. Conmigo.
Ya ves, me perdí. Esperando a que llegue el momento de que suene el teléfono y ese puto reloj se rompa. Aunque su "tic tac" continuo siga en mi mente.
La botella de Jack estaba más vacía que yo. Una triste colilla retorcida y las cenizas de aquel cigarro que se las había llevado el fuerte viento. No podía distinguirlas con las nubes, pero. Tus recuerdos seguían ahí. Y todo era gris. Gris ciudad.
Sigo aquí, esperando.
A veces se hace más llevadero esperar por nada, que seguir nuestro camino y hacernos fuertes.
ResponderEliminarEs muy fácil decirlo, "sé fuerte".
¿Cuando empezamos a serlo? ¿Cuando nos resignamos a perder?
Entonces seamos un poco débiles de vez en cuando.
Esperar, pero no perderse.
Increíble, como siempre.
De vez en cuando para ser fuerte se necesita a otra persona para que te ayude a serlo.
EliminarSeamos fuertes.
Increíble eres tú.