miércoles, 29 de agosto de 2012





Serán los escalofríos que siento cuando pasas por mi lado y, me miras con esos ojos tuyos color café.
Será que ya estoy acostumbrada a esperarte siempre que llegas tarde.
Será que mis suspiros empiezan en mi alma desgarrada por culpa del día que hubo más viento que nunca y acaban en no sé dónde.
Será que siempre busco el Sol cuando las nubes de la tormenta cubren el cielo entero.
Será.                                     

Mis pupilas apenas se atrevieron a volver a buscarte y, mis ojos rojos ya no derrochan esas lágrimas que tanto amé y a la vez tanto odié. 
Pero vuelvo a estar rota y, no de la forma que más lo deseaba: en tus brazos.
Los dedos de mis manos apenas han vuelto a bailar en los cristales empañados cuando las gotas de lluvia se deslizaban en ellos. Y el olor a tierra mojada que me hacía sentir viva ahora me hace sentir aún más muerta.
Que me salves. Aunque apenas sienta ya el color rosado de tus labios. Que me encuentres. Aunque luego me pierda, otra vez. Que duele. Ahí, en el pecho, al respirar.

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