Quizá ya lo tenga más que asumido; que te perdí, que te fuiste para no volver.
Volviste dándome una vez más falsas esperanzas cuando apenas pensaba en ti. Y otra vez comenzó todo, aunque ahora no hablo de "nosotros", sino del dolor, que empezó el dolor, mi dolor. Empezaron las noches de insomnio, los llantos bajo sábanas. Empecé a perderme, y me perdí yo también, tampoco sé si me llegue a tener alguna vez. Empezaron los gritos a la nada: "Respira, joder. No merece la pena", los "Que me asfixio. Que te vayas por donde has venido". Los susurros de "sálvame".
Salía de los bares todavía sin respuesta para esos "por qué". Bebiendo pa' olvidar pero para matarme aún más. Quién sabe si llegué a estar viva.
Sonriendo tras recordar momentos a tu lado. Riendo de mi maldita infelicidad que se esfumó al llegar tú y tal como se fue volvió otra vez cuando tú ya no estabas.
Puede que nuestro fin ya haya llegado, pero tú lo sabes: para mí jamás podrá acabar.
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