Me arriesgué a seguir el camino que venía después del odio y, huele a infierno. Huele a quemado, chamuscado. Papeles que estaban en blanco y arrugados ahora son negros y, aún más arrugados. No quiero saber qué será de mí, tampoco quiero saber que pasará con nosotros; si es que hubo un nosotros. Sólo sé que en mi interior hay más odio del que antes había y, esa parte de amor que me quedaba se quemó junto a los papeles en blanco.
La pregunta es: ¿Te odio?
Y por fin tengo una respuesta para algo: Sí, te odio. Te odio con todas las fuerzas del mundo. Y lo siento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario